sábado, 18 de julio de 2009

Personajes revolucionarios de la sociedad peruana

TÚPAC AMARU II

Durante 6 meses, José Gabriel Tupac Amaru encabezó la más vasta e importante rebelión indígena de toda la historia colonial latinoamericana. Este escaso periodo siempre ha sido un velo para ocultar la gran dimensión de esta sublevación que disparó el descontento de indiios, mestizos, esclavos y criollos, generando apoyo, respuestas insurgentes y ecos en toda hispanoamérica.

La noticia de la rebelíón indígena cundió en todos los virreinatos españoles, y en lugares tan distantes como Puebla (México), se dieron motines de evidente carácter tupamarista. En la actual Colombia hubo una rebelión comunera, bajo el influjo de los triunfos tupamaristas, y en el poblado de Silos Tupac Amaru fue proclamado rey de América. En Venezuela, fue símbolo de lucha contra el dominio colonial.


En Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile también hay acciones indígenas y criollas que reflejan el impacto de la gesta tupamarista. Sin embargo, el epicentro de toda la revolución fue el sur andino europeo y el altiplano peruano-boliviano. En este amplio espacio se mantuvo viva la insurgencia por 3 años.

Esto quiere decir que el alzamiento tupamarista no culminó con la muerte de Tupac Amaru II y su familia más cercana, en mayo de 1781. Por el contrario, en los meses subsiguientes a este crimen, la rebelión se radicalizó bajo la conducción de Diego Cristóbal Tupac Amaru, primo hermano del inca, y del jefe aimara Julián Apasa, Tupac Katari. Para tener idea de la envergadura humana de la sublevación, debemos anotar que los tres primeros meses de las acciones se movilizaron más de 100 mil indígenas y mostraron su desobediencia al orden español, cientos de miles más.



Pero la importancia de Tupac Amaru II, no reside solamente de lo que acabamos de reseñar, su gravitación va más allá de la conmoción social que produjo y se proyecta hasta nuestra época.

1. La rebelión de Tupac Amaru fue, en verdad, una revolución nacional y social, cuya proyección histórica es superior a las gestas emancipadoras de Bolívar y San Martín. Tupac Amaru pretendió juntar en un frente nacional contra la dominación colonial a indios, negros, mestizos y criollos, es decir, convocó a todos los peruanos a luchar bajo su conducción. Para esto, reclamaba y ponderaba su carácter de inca, de jefe enraizado en lo que es el sustrato más importante de la nación peruana. esto es fundamental, sobre todo si lo ligamos a su condición de propietario de "empresas" de arrieraje y poseedor de tierras. Socialmente, Tupac Amaru pertenecía a una naciente burguesía comercial peruana; que en la época de la rebelión, podía desempeñar un alto rol revolucionarioi de transformación de la feudalidad que imperaba en Hispanoamérica. De este modo, en la figura de Tupac Amaru se esbozó una síntesis de más alto valor histórico: la poderosa tradición indígena incaica con la moderna y progresista revolución burguesa. Lo nacional peruano como fermento de una revolución burguesa que hubiera desbaratado la feudalidad colonial. En la entraña de la rebelión de Tupac Amaru anidaba un movimiento de verdadera liberación nacional, en doble sentido:

* Independencia del yugo colonial español.
* Plasmación de la nación peruana sobre base indígena y liberación de sus fuerzas creadoras.

Por esto, la dimensión histórica del gran Tupac Amaru es superior a la de Bolívar o San Martín. Estos, a la postre, condujeron un movimiento de emancipación de los criollos americanos, es decir, lograron que los hijos de españoles nacidos en América, se emancipen de sus padres los españoles europeos. No hubo independencia nacional, solalmente se vio los intereses de las élites criollas que querían gobernar sin tutela los territorios conquistados por sus antepasados españoles.

El ideario bolivariano, el más radical de la emancipación, estaba totalmente nutrido de las ideas revolucionarias de la burguesía europea que había derrumbado a la feudalidad de ese continente. Poco o nada tenía de sustrato nacional americano, y no consideraba la importancia social de la mayoritaria masa indígena. Para Bolívar, los indios eran objetos y no sujetos de la historia de la América emancipada. Bien sabemos que con la "independencia" criolla la situación de la población indígena empeoró, y la feudalidad no fue abatida.

Pero la revolución tupamarista también tuvo carácter de liberación social, pues bregó y luchó para eliminar la explotacion de la masa indígena; quiso redimir al sector social más explotado y oprimido de la colonia. A este nivel nunca llegaron los grandes "libertadores" criollos.


2. Tupac Amaru fue ya un peruano en el sentido moderno, es decir, alguien que tenía en su personalidad el influjo cultural de las grandes civilizaciones indígenas y de la cultura europea. Fue cristiano sin dejar de reivindicar su carácter de inca. Llamó a todos los peruanos cobrizos, negros, blancos y mestizos a luchar contra el abuso y la explotación colonial española. Asumió las ideas igualitarias de los revolucionarios burgueses, pero entendió que la fuerza principal para plasmar tales ideas en América eran las poblaciones indígenas, que también tenían una cultura de solidaridad y de trabajo transformador, susceptible de sintetizarse con la modernidad burguesa.

Tupac Amaru fue el precursor de una independencia nacional y de una liberación social que aún no llega a nuestra sociedad, por eso es el peruano del milenio.


Sintomáticamente, el que mejor entendió la importancia indígena para la revolución social peruana fue Mariátegui. Por el camino del marxismo llegó a aquilatar la importancia revolucionaria de la población indígena y campesina y la proyectó a una revolución de carácter superior a la de Tupac Amaru: la revolución socialista. En nuestro país, esta revolución si quiere triunfar, no puede dejar de incluir en su tradición histórica y de lucha, a la gesta tupamarista. Pero incluirla de modo verdadero y revolucionario, no como un simple barniz que pinte de "revolución y peruanidad" a movimientos que muy poco creen en la creatividad de las masas. En nuestro país, Tupac Amaru ha servido de simple ícono propagandístico a la "revolución" militar de Velasco Alvarado y al MRTA. En Uruguay, a los tupamaros de Raúl Sendic. Los hechos históricos han mostrado que tales fenómenos políticos han sido solo epidérmicamente tupamaristas.

En realidad, el nexo de continuidad histórica revolucionaria, entre la revolución tupamarista y el futuro socialista ha sido y es José Carlos Mariátegui, el amauta marxista que señaló claramente la forma de la alianza obrero-campesina destinada a potenciar la energía revolucionaria indígena. Energía esta que tiene manifestaciones políticas, culturales, económicas, ecológicas y militares.

Por esto mismo, la figura del gran Mariátegui trasciende el milenio que acaba de concluir (el milenio del predominio burgués) y se proyecta hacia el futuro.

La rebelión de Tupac Amaru también es sumamente útil para darnos cuenta de la importancia de la ideología. Las vacilacioanes y dudas que asaltan y limitan al inca rebelde, tenían que ver con su informe criterio ideológico, plagado de cristianismo y de respeto a la clerecía, ladina e hipócrita.

Además, nos muestra la construcción de los liderazgos, el arduo trabajo previo para tejer la rebelión , el papel de la ideología en la mente del pueblo, etc. Y algo que es de suma importancia: Tupac Amaru no fue un caudillo del que dependía todo. Su liderazgo era indiscutible y hasta se había ganado el respeto de sus enemigos, pero junto a él y su gesta tuvo jefes de gran talla como Diego Cristóbal Tupac Amaru, Tupac Katari y Micaela Bastidas, sin olvidarnos de Andrés Tupac Amaru.

Al final, lo que decidió la derrota de la rebelión fue las profundas divisiones en el bando indígena. Mateo Pumacahua, por ejemplo, luchó junto con los españoles para destruir la sublevación tupamarista.

Extraído de la Revista Magisterio Nº 6, marzo 2001.