jueves, 22 de enero de 2015

RECUERDOS DE LENIN - 1

Mucho se ha escrito ya sobre la biografìa de Lenin, el más grande revolucionario y político del siglo XX. Es así que en esta ocasión compartimos con ustedes algunos recuerdos e impresiones de personalidades progresistas y comunistas que conocieron a Lenin.


Disciplina férrea en la vida privada de Lenin

Lenin mostraba en su vida privada el ejemplo de la disciplina férrea que implantaba en la vida social. La sopa de coles o de remolacha, el pan negro, el té y las gachas constituían el menú de quienes estaban entonces en el Smolny. Este era también el alimento de Lenin, su esposa y su hermana. Los revolucionarios trabajaban de doce a quince horas diarias. La jornada de trabajo de Lenin duraba, como norma, no menos de dieciocho o veinte horas. Escribía centenares de cartas. Abstraído en el trabajo, se olvidaba hasta de comer. Aprovechando la oportunidad de que estuviera conversando con alguien, su esposa solía acercarse a él con un vaso de té, y le decía: "Aquí tiene, camarada, no se olvide de tomarlo". La mayoría de las veces el té no tenía azúcar, pues Lenin recibía la misma ración que los demás. Los soldados y enlaces dormían en cama de hierro en grandes habitaciones de paredes desnudas, parecidas a cuarteles. Lenin y su esposa dormían en camas como ésas. Cuando ya sus fuerzas no les permitían trabajar más, se acostaban a descansar en sus duras camas, muchas veces vestidos, para poder saltar de ellas en cualquier momento. Lenin soportaba esas privaciones no porque fuese un asceta, sino porque ponía sencillamente en práctica los principios de la igualdad.




Lenin en el trato con las personas

Destacando la suavidad de Lenin en el trato con las personas, Wilcox, enemigo de los bolcheviques, cuenta cómo un comerciante inglés, que solicitó la ayuda personal de Lenin para salvar a su familia del peligro que corría, se asombró al encontrar en él, en lugar de un "tirano sanguinario" a un hombre afable, sensible y bondadoso, dispuesto a ayudarle en todo, cuanto estaba al alcance de sus fuerzas.
Lenin era efectivamente así. En ocasiones hasta parecía demasiado amable y cortés. Quizás tuviera importancia en esto e que, al hablar en inglés, utilizaba expresiones refinadamente corteses, extraídas principalmente de los libros. Pero lo más probable es que fuese ésa su manera de tratar a la gente, en lo que como en muchas otras cosas, alcanzó un alto grado de maestría.


La sinceridad y franqueza de Lenin

Uno de los secretos de la fuerza leninista reside en su impresionante sinceridad. Lenin es sincero con sus amigos. Se alegra, por supuesto, cuando un nuevo combatiente se pone al lado de la revolución, pero no pinta de color de rosa las condiciones del trabajo ni las perspectivas futuras, para atraer a su lado siquiera a un solo hombre. Antes bien, tiende a presentar las cosas en tonos más sombríos de los que en realidad tienen. Muchas de sus intervenciones contenían aproximadamente estos pensamientos: el objetivo por el que luchan los bolcheviques no está tan cerca como se imaginan muchos de ustedes; hemos conducido a Rusia por un camino espinoso, pero el rumbo que hemos emprendido puede crearnos nuevos enemigos, nuevos sufrimientos; por muy difícil que haya sido nuestro pasado, el futuro nos reserva aún no pocas dificultades, mayores de lo que ustedes pueden imaginarse.
La promesa no es demasiado tentadora. Es un procedimiento un tanto desusado de atraer a la lucha. De todos modos, al igual que los italianos se agrupaban bajo la bandera de Garibaldi, quien no prometía nada más que heridas, casamatas y muertes, los rusos cerraban filas en torno a Lenin. Esto parece algo decepcionante para los que esperan que el jefe debe exaltar su causa e incitar a su partidario potencial a unirse a él. Lenin estima que ese impulso debe partir del corazón.




Albert Rhys Williams
Periodista progresista norteamericano. Participante activo de la Revolución de Octubre. Organizador de la Legión Extranjera para la defensa de las conquistas de Octubre. Se entrevistó varias veces con V.I. Lenin.

Tomado de:
VV.AA. (1977). Recuerdos de Lenin. Madrid: Editorial Fundamentos.


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